La ret rica es el tema central que Juan de Mairena trata, como profesor ap crifo, en los textos que Antonio Machado le dedica. Desde su aparici n en 1928 en el Cancionero que lleva su nombre, el personaje es calificado como ret rico, luego profesor de esa disciplina; desde ella considera todos los otros temas tratados en los art culos publicados a partir de 1934, especialmente la poes a y la filosof a. Intentar dilucidar las influencias que llevaron a Machado a concebir tal personaje y tal asunto, desde el anuncio de su futura creaci n en 1926 (Revista de Occidente) hasta el postrer art culo de noviembre de 1938 con su nombre, es el objeto del presente trabajo y de la antolog a anotada que lo sustenta. Entre las influencias determinantes que acompa an a los estudios tard os de filosof a que su autor emprendi , la principal y la que menos se ha tenido en cuenta ser a la de Jos Ortega Gasset. Ya muy tarde, a mediados de 1935, Machado justifica su creaci n ap crifa como modificaci n del pasado vivo que acaba en creaci n po tica; de acuerdo con ello, ser a Guiomar su tercero y ltimo ap crifo de importancia, nombrado por vez primera en el poema Canciones (Revista de Occidente, 1929) e incorporado m s tarde al mundo de Abel Mart n -su otro ap crifo de importancia, fil sofo y poeta- y de su disc pulo Mairena (Diario de Madrid, 3 de enero de 1935). Mientras que Abel Mart n -homo religiosus, o seriosus-, y su disc pulo Juan de Mairena -homo rhetoricus- se aproximar an a lo que es un heter nimo en sentido lato, en cuanto que representar an diversos rasgos disociados de otros personajes, incluido el propio autor, Guiomar ser a, en cambio, en los t rminos que emplea Abel Mart n, lo esencialmente otro, aquello que no se tiene y vanamente se espera, o la dama cort s inalcanzable, en el sentido trovadoresco, con rasgos de la Salom de Ortega (El espectador, IV, 1921). Guiomar ser a un ejemplo m s estricto de invenci n ret rica, el amor a la vez hallado e inventado, consecuencia del encuentro y relaci n con Pilar de Valderrama.